Desde la entereza de sus manos hasta nuestros corazones: las mujeres que cultivan quinoa en Tarapacá

Desde hace cinco mil años que la quinoa habita los territorios de los Andes Cordilleranos. En Chile su cultivo y producción se posicionó desde 1997 y va en aumento hasta la fecha, debido al reconocimiento que diversas investigaciones internacionales han realizado sobre este superalimento. 

En el país, podemos encontrar la quinoa de forma exclusiva en el altiplano, en territorios que van desde los 3.000 a 4.000 msnm. Es uno de los grandes cultivos en Chile que es manejado y cuidado mediante un conocimiento agronómico ancestral, sin fertilizantes químicos  y casi nada de intervención mecanizada en todas las etapas de su proceso productivo. 

Proyecto Paitocas conversó con cuatro mujeres que se dedican al cultivo y cosecha de quinoa y otros productos naturales de la región de Tarapacá, mediante chakras que son fertilizadas con el guano de los propios animales que han crecido en aquellos territorios.

Estos testimonios fueron recopilados el 28 de febrero de 2020 en la Expo Quinoa realizada en la plaza 21 de mayo, Iquique.

“Soy Elva Carrasco, vivo en La Huayca, comuna de Pozo Almonte y mi emprendimiento se llama “Kochi Kurruf” , Dulces Vientos en mapudungun. 

Llevo alrededor de 16 años con mi emprendimiento. Antes tenía un negocio grande que me iba muy bien y me enfermé. Paralelo a eso me había comprado una parcela en La Huayca entonces gracias a esa parcela estoy viviendo ahora.

Como me crié en el campo, la vida es diferente a la ciudad. Aprendí a hacer esto sola, dios me ayudó bastante, es lo que me da todos los días, lo que tengo para comer también y fue más que nada ingenio de nosotros porque no conocíamos el fruto ya que veníamos de Santiago. Por intermedio de un nieto empezamos a trabajar en esto porque él lo recogía y se lo comía. 

Ahí empezamos a ver de qué se trataba y si se podía comer o no. Fuimos haciendo prueba tras prueba hasta que llegamos a lo que estamos haciendo ahora. Aprender de que la mermelada de algarroba se podía hacer mermelada, café y té.  Son aproximadamente 15 productos los que sacamos nosotros del algarrobo, dándole un valor agregado ya que no tiene gluten. 

Sobre mi experiencia, es muy difícil trabajar en los pueblos del interior, una por la distancias y lo otro es que cuesta que las entidades del estado suban a ver como trabajamos y entreguen las resoluciones sanitarias, debería ser un poco más fácil para nosotros (…) no sacamos nada con estar en capacitaciones tras capacitaciones si no nos salen las cosas que nosotros queremos que salgan como corresponden”.

“Hola, mi nombre es Fidelia Vilches Mamani. Nacida y criada en el pueblo de Camiña, a los años me casé, mi esposo es del pueblo de Cariquima y en estos momentos me encuentro promocionando mi producto que es la quinoa.

El nombre de mi producto es el “Grano Dorado” le puse grano dorado porque este es el grano milenario, es el boom en estos momentos. Y lo traigo acá en Iquique para que la población iquiqueña se atreva a consumirlo porque tiene todas las propiedades que ningún otro grano. Es beneficiado en forma artesanal para que no pierda sus prioridades. 

Trabajar en esto ha sido una experiencia bonita. Yo lo llevo practicando hace como 6 meses recién. Hace 3 años empecé con la cosecha y siembra de la quinoa, luego empecé a prepararla para consumirla en la casa y de tanto que me preguntaban me atreví a salir a venderlo. Me ha ido super bien y espero que me vaya mejor porque de a poco estamos preparándonos un poquito más, haciendo más publicidad al producto”.

“Me llamo Angélica Alvarez Trujillo, soy del pueblo de Huaviña, yo llevo en el tema de las hierbas toda la vida porque mis papás vendían hierbas en sus tiempos.

Por cosas de la vida me tuve que ir a Huaviña el año 2006, Pensaba irme por una semana para que se me pasara la depresión porque mi hijo se fue becado a Francia y me quedé solita. Entonces me fui donde mis papás por una semana y me quedé allá y aprendí todo lo que hacía el papá. Mi papito ahora tiene alzheimer pero yo sigo la tradición de él y me quedé arriba y esta es la vivencia de trabajar con hierbas y sacar derivados de las hierbas junto con una sobrina y Herminia. 

Nos hemos dedicado a sacarle el valor agregado que tienen los productos porque la gente valora más las cosas ya que está el asunto sin químicos para hacer muchas cosas gourmet, más que nada. 

Trabajar en esto es noble, es algo que te nace. Te llama la Pachamama de arriba. Nosotros todos los días nos levantamos encantados de estar en tu pueblo con los animales, en la chakra. Esto uno lo lleva en la sangre. Yo soy contadora pública y dejé todo y me dediqué a esto… vivir allá arriba, tranquila y relajada. Nosotras somos nuestras jefas, llevamos nuestros tiempos.  Estás en tu chakra y no usamos químicos, solo guano de conejo, cerdo, cordero y llamo. No usamos ningún tipo de pesticida porque no tenemos plagas. Eso es lo bueno de Huaviña. 

INDAP nos ayuda con eventos para vender en el mercado campesino que es un muy buen mercado para nosotros que vivimos arriba. Eso es bueno porque no tenemos competencia porque tratamos de que no se repitan los productos y que todos vendamos. Eso te motiva más. Dedicamos nuestra vida a los productos y a la naturaleza, no puede morir, porque si nosotros nos vinieramos a la ciudad los pueblos quedan llenos de abuelitos. Nosotras estamos jóvenes todavía…. así que eso… seguir allá arriba y mantenernos en la naturaleza. 

Yo he salido adelante sola, eduqué a mi hijo y sigo allá arriba y no… yo no dependo de un hombre, somos autosuficientes”.


“Me llamo Roxana Ticona Mamani, mi empresa se llama Eco Juira y tiene aproximadamente dos años. Me dedico al envasado de quinoa y sus derivados, que sería en este momento el cereal de quinoa pop, la hojuela de quinoa y la quinoa graneada. 

Actualmente no estamos implementados con maquinaria, todo se hace artesanal, sacar la quinoa, desde la cosecha hasta llegar a este punto de tener limpiecita la quinoa, todo es artesanal. Cuesta mucho el trabajo y ahí va el valor, el costo que le damos nosotros a venderla, tiene su valor por ese motivo. 

Muchos nos comparan con la quinoa de Bolivia que es la misma porque igual es altiplano allá, pero la diferencia es que ellos están avanzados porque ocupan máquinas, está industrializado el tema. Entonces allá, obviamente los costos se abaratan y la venden más económica, pero nosotros vamos a eso. El objetivo de nosotros es implementarnos a mediano y largo plazo para bajar los costos con el objetivo de que todas las familias chilenas puedan consumir este alimento tan nutritivo. 

Mi hijo se hizo partícipe de esto, de la cosecha, de cómo uno trabaja manualmente todo esto, ellos se hacen partícipes de alguna u otra manera porque uno trabaja en la casa, entonces ellos ven todo el proceso y de alguna manera te ayudan y le ponen empeño para aprender de la agricultura del norte”.